La semana pasada comentaba que habían surgido una serie de "imprevistos" plasmados en facturas y averías varias y variadas, y teniendo en cuenta mi naturaleza he continuado dándole vueltas al asunto en ese lugar oscuro, secreto y extraño llamado mente. Personalmente me gusta sacar siempre conclusiones positivas de todas las situaciones, así pues digamos que las reparaciones del coche se traducen en una mayor seguridad para mi familia, por ejemplo. La cuestión es que durante el entrenamiento de ayer tuve bastante tiempo para pensar, es lo que tiene correr solo durante casi dos horas y media, y dibuje en mi mente dos ideas que van en relación a lo anterior y a su vez entre si; por ser de dos libros y por ahondar en la misma linea.
La primera idea tiene su origen en el libro "suerte y buena suerte", en el que se dice (expresado en forma super resumida) que la mayoría de personas tienden a quejarse por no tener suerte o por no encontrarla, llevándolas a estados de decepción o autocompasión; mientras tanto, otros pocos descubren cual es el secreto de la buena suerte que no es otro que trabajar todos los detalles para propiciar que la suerte venga a ti.
La segunda idea provienes de un extracto del libro "marketing de guerra" en el que se menciona dos frases celebres de Napoleón, y que dicen: " La suerte es la previsión de todos los factores que pueden aparecer en la batalla" y " a veces una batalla lo decide todo, y a veces la cosa más insignificante decide la suerte de una batalla".
Todo esto lo podemos trasladar a la vida cotidiana en el sentido de que si uno quiere lograr tener suerte debe trabajarsela un poco y tener en cuenta todos y cada uno de las variantes e imprevistos que pueden surgir. Evidentemente, uno puede ser agraciado con el sorteo de la lotería, pero si comparamos las probabilidades comprobaremos que son remotas, nulas si no se compra el boleto.
Por otro lado, trasladado a mi reto personal de correr un maratón, cada día que pasa me reafirmo en las ideas de que he de trabajar para que la buena suerte venga a mi y no descuidar ningún detalle. Como he comentado en mas de una ocasión no llevo mucho tiempo en esto del correr, por lo que cada entrenamiento sirve para aprender e intentar mejorar. Pongamos por ejemplo esta semana que recién terminó, en la cual he corrido 80 km en total repartidos en 6 días; durante la semana el cansancio se va acumulando y al llegar el domingo las piernas han perdido su frescura, algo que es normal por la carga de trabajo. Pero el aprendizaje de esta semana deriva mas que de los entrenamientos de la alimentación y es que hice la tirada larga del domingo con una cena ligera (para mis propósitos) del sábado y con un frugal desayuno basado en un expreso y unas pocas semillas de soja, y claro a partir del kilómetro 20 las baterías estaban en rojo y emitiendo el típico sonido de alarma, ya me entendéis.
No obstante, es lógico que pasara esto y podría haberlo remediado de antemano desayunando más y con más antelación (yo necesito tres horas mínimo para hacer bien la digestión y no tener problemas) pero a veces hay que cumplir con otros compromisos sociales que ajustan el horario al máximo. Así pues, en resumen debo cuidar todos los detalles del entrenamiento, y en ellos se incluye alimentación, descanso, ropa, hidratación y avituallamiento, climatología >>otro fallo de ayer, ya que llevaba ropa de invierno y por no chequear la previsión perdí mucho mas liquido por el sudor<<, etc... Todos y cada uno de los detalles, hasta los más insignificantes, con el objetivo de tener buena suerte.
Bueno, ahora solo queda ponerlo en practica, y por la hora que es toca la parte de alimentación.... hoy un rico asado, ummm!!!1
Un saludo y buena suerte